Revista chilena de obstetricia y ginecología: volver a index medicus ¿una utopía?

Es motivo de satisfacción para este Editor que la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología 2005;70(6):357-421, esté publicada desde el 4 de enero de 2006 en la red (http://www.scielo.org), antes que el formato escrito llegue a las manos de sus socios y subscriptores. La contemporaneidad del número con el mes respectivo es uno de los pasos más importantes, entre otros, para estar nuevamente en Index Medicus/MEDLINE de la Nacional Library. Sin embargo, la revisión por pares de los manuscritos enviados para publicación es lo que otorga seriedad y prestigio a la revista, y debemos esforzarnos para lograr ese objetivo. La complejidad de la medicina actual hace casi imposible que el Editor pueda cumplir adecuadamente esa labor.

Produce una enorme nostalgia cuando vemos que la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología tuvo presencia en Medline desde 1961 (1) hasta 1995 (2), con un total de 1.614 manuscritos publicados en forma continua y anteriormente como el Boletín de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología desde 1950 (3) hasta 1960 (4), con 321 artículos.

Las revistas biomédicas chilenas han tenido presencia en Medline (5) como se presenta en la Tabla I, pero por diferentes razones han debido ser retiradas, entre ellas, la nuestra. Destacan, la Revista Médica de Chile desde 1949 y la Revista Chilena de Infectología desde 2005, como las únicas 2 revistas médicas chilenas indizadas actualmente en Medline, gracias a la esforzada labor de sus respectivos editores jefes Drs. Humberto Reyes y José Cofré (Tabla I).

Constituye un enorme desafío reinsertarse en los buscadores internacionales, la gineco-obstetricia chilena lo merece, tal como quedó demostrado en FIGO-2003, pero el esfuerzo debe ser de todos y no exclusivamente de un Directorio y del Editor. Estos deben ser el puente y los motivadores para que los gineco-obstetras nacionales envíen manuscritos con metodología rigurosa y ceñida estrictamente a las normas editoriales; los que organicen el Comité Editorial por subespecialidades y a un cuerpo de revisores efectivos, que respondan oportuna y estructuradamente las observaciones a los trabajos enviados.

El esfuerzo de la Sociedad Chilena de Infectología por ingresar su órgano de difusión a Medline fue enorme, tal como se aprecia en el editorial del primer número indizado (6) y la importancia de eso en el artículo de los profesores Vermund y Acuña (7). Invito a leer esos artículos, para que aprecien que la empresa no es fácil, pero altamente gratificante para el investigador y la gineco-obstetricia nacional ver sus trabajos científicos en Medline.
Nuestra Revista debe profesionalizar su cuerpo editorial y contar con una infraestructura básica que permita independizarse de la buena voluntad y de la sapiencia del editor de turno, los tiempos actuales así lo exigen. Mientras, debemos pensar en reducir nuestra publicación bimensual a trimestral, para que el cuerpo editorial no tenga la presión del tiempo y pueda seleccionar efectivamente los mejores trabajos.

Dr. Enrique Donoso S. 
Editor Jefe
Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología