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Gobierno del parto en el Hospital Padre Hurtado. Un modelo para contener la tasa de cesárea y prevenir la encefalopatía hipóxico-isquémica

Año de la Revista:

2006

Edición N°:

3

Autores:

Rodrigo Latorre R.1, Jorge Carrillo T.1, Masami Yamamoto C.1, José Novoa P.1, Alejandra Valdés V.a, Alvaro Insunza F.1, Enrique Paiva W.1


Instituciones:

1Unidad de Gestión Clínica de la Mujer y el Recién Nacido, Hospital Padre Hurtado.
aMatrona, Unidad de Gestión Clínica de la Mujer y el Recién Nacido, Hospital Padre Hurtado.


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Título:

Tipo de documento:

Trabajos Originales

Gobierno del parto en el Hospital Padre Hurtado. Un modelo para contener la tasa de cesárea y prevenir la encefalopatía hipóxico-isquémica

Volumen:
71

Contenido del documento:


INTRODUCCIÓN

La tasa de cesáreas ha experimentado un incremento importante durante los últimos años, sin existir una causa evidente que explique este hecho. Se ha postulado como posibles causas la cicatriz de cesárea anterior, el sobrediagnóstico de sufrimiento fetal intraparto y desproporción céfalo pélvica, implicancias legales, temor al parto por parte de la embarazada, patología del piso pelviano, etc. Este dato clínico, sin embargo, ha concitado una voz de alarma en los especialistas de todo el mundo, como lo demostró la atención focalizada en este tema en la reunión de la FIGO en 2003. Si bien existen diferencias geográficas en Latinoamérica, la situación de Chile es una de las más preocupantes, con una tasa global de cesáreas cercana al 40% (1). Esta tasa se ha reportado como una de las mas altas del mundo, y se distribuye del 39% al 83% en la práctica privada y del 20% al 28% en los hospitales públicos durante el año 2000 (2).

Es motivo de controversia si el aumento de la tasa de cesáreas se correlaciona con mejores índices de morbilidad y mortalidad perinatal, por lo que exponerse a los potenciales mayores complicaciones de la intervención serían injustificadas. Encontrar el equilibrio entre la tasa de cesárea y la justificación de la intervención con sus potenciales efectos adversos a corto y mediano plazo es un imperativo de la práctica de la obstetricia en nuestro país.

Por otro lado, la encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI) continúa siendo una patología relevante en las unidades de neonatología de nuestro país y es una de las causas más importante de mortalidad (3) y secuelas neurológicas en el recién nacido (RN) de término (4,5). El daño asfíctico del cerebro del feto y neonato resultan de fenómenos hipóxicos e isquémicos que afectan en forma selectiva áreas vulnerables del encéfalo según el grado de madurez de éste en el momento de producirse la noxa. Es un hecho reconocido que esta noxa puede ocurrir durante el trabajo de parto.

La Unidad de Gestión Clínica (UGC) de la Mujer y el Recién Nacido del Hospital Padre Hurtado, dependiente del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, inició sus actividades en Noviembre de 1998, siendo nuestra responsabilidad la atención de las pacientes de las comunas de La Granja, La Pintana y San Ramón. Para este efecto se elaboraron Guías Clínicas y protocolos especiales para la regulación de su actividad clínica.

Uno de los objetivos era mantener una tasa global de cesáreas bajo 25%; asimismo, nos planteamos obtener como resultado un recién nacido vivo y sano, evitando la encefalopatía hipóxico-isquémica asociada a asfixia intraparto. Con este fin se desarrollaron Guías Clínicas de Manejo del Trabajo de Parto y de Interpretación del Monitoreo Fetal Electrónico (MFE) Intraparto.

El objetivo de nuestro estudio es comunicar el impacto que ha tenido en la tasa de cesáreas y el resultado neonatal la aplicación de estas Guías Clínicas.

MATERIAL Y MÉTODO

El gobierno del parto en el servicio es realizado según un plan estandarizado de manejo, establecido en nuestra Guía Clínica de Gobierno del Parto, la que define las acciones médicas de atención de las parturientas para la evaluación de la progresión del trabajo de parto, los métodos de evaluación de la unidad feto-placentaria y de monitoreo fetal intraparto y las indicaciones de parto operatorio (cesáreas y fórceps).

Se define prueba de parto fracasada, cuando han transcurrido 2 a 4 horas sin progresión de la dilatación, en presencia de buena dinámica uterina, rotura artificial de membranas, anestesia de conducción y monitoreo fetal electrónico continuo normal. Se define sufrimiento fetal agudo, la presencia de un patrón de MFE patológico o un patrón sospechoso persistente (más de 40-60 minutos). En la Tabla I pueden verse las definiciones de patrón sospechoso y patológico, que son adaptadas de las definiciones del Consenso del NIH sobre vigilancia fetal electrónica intraparto (6) y que han sido incorporadas a las Guías Clínicas del Minsal (7). Se define Apgar bajo, el puntaje ­3 al minuto 1 o ­6 al minuto 5. Se hizo diagnóstico de encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI) en aquellos recién nacidos en que se asoció un Apgar bajo y/o un pH de cordón en arteria umbilical <7,10 y signos clínicos característicos al examen neurológico del neonato, para esto se utilizó la clasificación de Sarnat-Sarnat (8).

La Unidad está suscrita al sistema de registro del Sistema Informático Perinatal (SIP). La información de las pacientes es ingresada inmediatamente luego del alta de ésta. De esta base de datos de extrajeron las características sociodemográficas maternas, la vía del parto, las características de los recién nacidos, el índice de Apgar al minuto 1 y 5 y la incidencia de EHI.

RESULTADOS

Se analizaron los resultados obtenidos entre el 1 de enero de 1999 y el 31 de diciembre de 2004. En ese período se registraron 39.436 partos. En la Tabla II se presentan los datos acerca de la vía del parto. El número de partos fue estable en esos 6 años, con un leve repunte en 2001. Los partos eutócicos fueron atendidos principalmente por matronas. La atención de parto por fórceps, indicados especialmente en relación con nuestra definición de expulsivo detenido y la proscripción de efectuar maniobras de Kristeller, ha oscilado entre 7,5% y 9,7%, con un promedio de 7,3% para el período de estudio. La tasa global de cesáreas del período fue de 23,2%, (21,3 a 24,6%), siendo las cesáreas de urgencia de 15,9% para el período de estudio, fluctuando entre 14,5 y 17,4%. La gran mayoría de estas pacientes eran mujeres con expectativa de parto vaginal y que finalizan en cesárea, manejadas de acuerdo a nuestras Guías. Las cesáreas programadas se indican principalmente por doble o mayor cicatriz de cesárea, o por distocia de presentación, representando un 7,3% de los partos. En el análisis de la vía del parto en el subgrupo de primigestas con embarazo mayor o igual a 34 semanas, se observó que un 82% fue resuelto por vía vaginal y solo un 18% de estas pacientes requirió de cesárea.

Las variables sociodemográficas se presentan en la Tabla III, destacando un 40,9% de primigestas. Un 87,2 % de las parturientas tenía edad menor de 34 años, señalando el carácter joven de la población que atendemos. En relación a la edad gestacional al parto, un 98,4% tiene una edad gestacional al parto ≥34 semanas y el 85,7% una edad gestacional ≥38 semanas.

Los resultados de los recién nacidos (RN) se describen en la Tabla IV. Destaca un 94,6% de RN con un peso ≥2500 gramos y un 10,4% con un peso ≥4000 gramos. Solamente 158 (0,4%) recién nacidos tuvieron Apgar ­6 a los 5 minutos. La incidencia de EHI entre 1999 y 2004 se presenta en la Tabla IV; en el período de estudio, la incidencia fue de 3,5/1000 NV. Las cifras han variado entre un máximo de 5,2/1000 NV en el año 2000 y un mínimo de 1,8/1000 NV en 2003. Un 73,1% de las EHI fueron de grado I, la que se considera de muy buen pronóstico neurológico posterior. La incidencia de EHI grado II o III osciló entre un 1,3/1000 en 1999 y un 0,5/1000 en 2003. En el período en estudio, fallecieron 3 neonatos como consecuencia de una EHI en 2000, 2001 y 2004.

DICUSIÓN

El Hospital Padre Hurtado fue inaugurado en Octubre de 1998 en el área Sur-Oriente de Santiago, como un hospital de mediana complejidad, destinado a aliviar la presión asistencial del Hospital Dr. Sótero del Río; nos hicimos cargo de la población de las comunas de La Granja, San Ramón y La Pintana, que representan cerca del 40% de la población de esa área de Santiago. Como compromiso de gestión desde la puesta en marcha del hospital, nos planteamos trabajar en torno a Guías Clínicas y efectuar auditorias periódicas de la actividad asistencial.

Inicialmente el hospital partió con la Unidad de Gestión Clínica de La Mujer y el Recién Nacido, incorporándose a partir del año 2000, y en forma gradual, el resto de los servicios clínicos (Pediatría, Unidad de Cuidados Intensivos, Cirugía, Medicina), aumentando concomitantemente la capacidad y complejidad del establecimiento; por esta razón en el año 1999 debimos trasladar al Hospital Dr. Sótero del Río a 126 pacientes con embarazo menor de 34 semanas, disminuyendo a 73, 28, 30, 31 y 29 pacientes en los años sucesivos (Tabla VI). Hoy atendemos toda la morbilidad materna y contamos con una Unidad de Neonatología organizada para recibir prematuros a partir de las 31 semanas de edad gestacional, siendo el Hospital Dr. Sótero del Río nuestro centro de referencia terciario.

La planta profesional médica de residencia consta de dos gineco-obstetras, uno o dos médicos en formación de la especialidad, un anestesiólogo y un neonatólogo. La planta de matronas trabaja en sistema de cuarto turno, con seis matronas para el área de Pre-partos, Urgencia y Recuperación. La sección de pre-partos consta de siete camas y no contamos con dotación de matronas para una relación 1/1 paciente/matrona. Contamos con cuatro monitores para frecuencia cardiaca fetal, el que se efectúa de acuerdo a nuestras Guías Clínicas. Existe disponibilidad de anestesia de conducción para todas las pacientes que lo requieran.

Las Guías Clínicas locales son prácticamente las mismas que luego se incorporaron a las Guías Perinatales del MINSAL y al igual que éstas, dicen relación con el manejo del trabajo de parto, de las distocias y de la vigilancia fetal intraparto. Diariamente el equipo médico que sale de turno informa y presenta la actividad del día anterior en presencia de los médicos de la Unidad y se analizan todos los casos de cesárea, Apgar bajo y otros eventos adversos. En forma periódica se presentan en Reunión Clínica de servicio los resultados de la gestión, para conocimiento de todos los miembros de la Unidad.

En los resultados que presentamos no se han eliminado los casos de fetos malformados o portadores de genopatías y son un buen reflejo de nuestra forma de enfrentar el gobierno del parto. La tasa global de cesáreas (23,2%), que incluye a las pacientes de cesárea programada, nos ubica entre las más bajas del país; por lo mismo que nuestra tasa de cesárea de urgencia de 15,9%, que como se explicó, refleja bien la tasa de cesárea de pacientes con expectativa de parto vaginal, y nos parece muy adecuada.

Los resultados neonatales adversos, medidos como Apgar bajo al minuto 5 (0,4%) y EHI (3,5/1000), son excepcionalmente bajos, tanto para el medio internacional como nacional, especialmente si son datos brutos que incluyen malformados y genópatas. De la misma forma, es destacable que la mayor parte de los pacientes con EHI, lo fueron de tipo 1, condición que tiene en general un muy buen pronóstico neurológico. No es fácil encontrar referencias en la bibliografía de los datos que aquí entregamos para poder hacer comparaciones, sin embargo, los resultados que hemos obtenido nos llenan de satisfacción, habiendo en forma simultánea, mantenido una tasa de cesáreas como la que presentamos.

Los datos que hemos presentado son el resultado del trabajo de todo el equipo de salud y nos parece que son reproducibles en otros servicios que cuenten con las condiciones, características y guías de trabajo que nosotros nos hemos dado.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Belizan JM, Althabe F, Barros FC, Alexander S. Rates and implications of caesarean sections in Latin America: ecological study. BMJ 1999;319:1397-400.
  2. Murray SF. Relation between private health insurance and high rates of caesarean section in Chile: qualitative and quantitative study. BMJ 2000;321:1501-5.
  3. Hill A, Volpe JJ. Perinatal asphixia: Clinical aspects. Clin Perinatol 1998;16:435-57.
  4. Rivkin MJ, Volpe JJ. Asphixia and brain injury. In: Spitzer AR (Ed), Intensive care of the fetus and neonate. Mosby 1996;685-92.
  5. Robertson CMT, Finer NN. Term infants with hypoxic-isquemic encephalopathy. Outcome at 3-5 years. Dev Med Chidl Neurol 1985;27:473-84.
  6. Electronic fetal heart rate monitoring: Research Guidelines for interpretation. NICHHD Research Planning Workshop. Am J Obstet Gynecol 1997;177: 1385-90
  7. Gobierno de Chile, Ministerio de Salud. Gómez R, González R, Castro R (eds). Capítulo 6, Guías Perinatales, 2002.
  8. Sarnat HB, Sarnat MS. Neonatal encephalopathy following fetal distress. A clinical and electroencephalographic study. Arch Neurol 1976;33:696-705.
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