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PROFESOR DR. MARIO HERRERA MOORE

Año de la Revista:

2006

Edición N°:

3

Autores:

Ramón Rubio M., Mercedes Ruiz F.


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Título:

Tipo de documento:

In Memoriam

PROFESOR DR. MARIO HERRERA MOORE

Volumen:
71

Contenido del documento:


El Dr. Mario Herrera Moore nació en Santiago de Chile el 21 de abril de 1928. Hijo de don Teobaldo Herrera Vargas y de doña Raquel Moore Fuenzalida. Pasó toda su juventud en Santiago y estudió educación básica y media en el Instituto Alonso de Ercilla de los Hermanos Maristas de la calle Santo Domingo de Santiago. Hasta el día de su muerte mantuvo estrecho contacto con sus compañeros de estudios, varios de los cuales lo adelantaron en su partida. Según nos contara, él vivió entonces en el barrio de la Plaza Brasil y fueron años muy felices con especiales recuerdos para sus profesores de historia y literatura.

Cuando Mario tenía 12 años, falleció su padre, y su madre llevó a Mario y su hermana Ximena a vivir con su abuela, doña Adela Fuenzalida Bravo. A partir de esa fecha, vivió en la familia ampliada con sus primos Vilma y Juan Egenau Moore, su madre y la abuela Adela.

Cursó sus estudios superiores en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Durante ese período trabajó los fines de semana en el Club Hípico de Santiago vendiendo boletas de apuestas para financiar sus estudios. Al recibirse de médico en 1954, ingresó a la Anaconda Copper Mining Company y se fue a trabajar como médico al Hospital de Potrillos. En 1957 se trasladó como médico residente obstetra ad-honorem a la Maternidad del Hospital Del Salvador y al poco tiempo obtendría una beca en el Bellevue Medical Center en la New York University, especializándose en ginecología y obstetricia, especialidad que constituyó su verdadera vocación a lo largo de su vida. Para él la gratificación de servir era su más preciada recompensa.

En el Hospital de Bellevue conoció Carol Anne Rahilly Carroll, estudiante norteamericana de enfermería de la misma universidad y a pesar de las dificultades de idioma, se pusieron a pololear. Recorrieron las calles de Manhattan y de Greenwich Village, conocieron los cafés bohemios y lugares de encuentro de los escritores y poetas emergentes, a todos los museos de arte y especialmente el Carnegie Hall donde disfrutaron los conciertos con entradas para estudiantes, ubicaciones en el último balcón del teatro.

Al cabo de un año, se casaron y al término de sus estudios, se fueron de luna de miel a Europa, visitando varios países durante tres meses. Luego vinieron a Chile a establecer su residencia. Tuvieron cuatro hijos, Cristián, Matías, Bárbara y Marcela en orden de llegada y Mario se jactaba de una» planificación perfecta: dos varones y luego dos mujeres.» Gracias a su ejemplo y tesón, todos sus hijos son profesionales y juntos con sus respectivos cónyuges y quince nietos constituyen una familia muy unida y cariñosa. En Chile, Carol aprendió castellano, revalidó sus estudios y se recibió de economista en la Pontificia Universidad Católica. Mario siempre la estimuló y la apoyó para seguir estudiando y para realizarse profesionalmente. Fue una «alianza estratégica» que duró más de 48 años.

A su regreso al país a partir de 1958 ocupa sucesivamente los cargos de residente en la Maternidad del Hospital Del Salvador y del Hospital San Francisco de Borja, en este último centro asistencial ingresa como docente de la Cátedra B de Obstetricia y Ginecología a cargo del Dr. Raúl García Valenzuela donde asciende en las diferentes categorías académicas, hasta obtener el grado de Profesor Titular de Obstetricia y Ginecología en 1985. En 1973 asume la jefatura del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Francisco de Borja y en esta condición lidera el traslado de dicho Servicio al Hospital Paula Jaraquemada, continuando como Jefe de Servicio hasta el año 1981.

En 1982 asume como Director del Departamento de Obstetricia y Ginecología, División Sur Hospital Paula Jaraquemada, cargo que desempeña hasta 1993. Su interés por la especialidad y por su querido «Servicio» lo hace concursar nuevamente a la Jefatura del Servicio de Obstetricia, Ginecología y Neonatología del Hospital Clínico San Borja-Arriarán, cargo que gana y cumple en el período 2001-2003.

Continuó desempeñándose como académico del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Campus Centro, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, hasta su sensible deceso aportando siempre con su experiencia y sabiduría no solo en el plano académico sino también en el plano humano y afectivo.

El Profesor Herrera Moore, obtuvo todas las distinciones y honores posibles que la especialidad y la medicina confiere a nivel nacional y latinoamericano: Presidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, Miembro Honorario de la misma, editor de la revista de la Sociedad, Maestro Chileno y Latinoamericano de la especialidad, Miembro de la Academia de Medicina, etc. Varios de sus múltiples trabajos científicos obtuvieron premios y sus participaciones en congresos nacionales e internacionales se recuerdan por la excelencia de sus conferencias. En el momento de su fallecimiento se encontraba preparando la clase inaugural para los médicos becados de la especialidad de la Escuela de Post-Grado de la Universidad de Chile.

En otro plano, su pasión por la vida incluía sus viajes a países de América Latina, Europa, del Oriente y Medio Oriente, incluyendo China, Japón, EEUU, Australia, Nueva Zelanda, Sud África, y en sus años dorados, cuando le faltaba fuerzas para emprender estos peregrinajes en avión y auto en forma independiente, los realizaba en cruceros donde gozaba de todas las actividades a bordo y de las excursiones en tierra.

Su gusto por la música clásica compartido durante su pololeo con Carol, continuó años mas tarde en el Teatro Municipal de Santiago donde se abonaron año tras año a los conciertos de temporada. Como historiador aficionado se preparaba muy bien antes de emprender sus periplos. Nunca dejó de fotografiar un monumento y de averiguar de su significado, y luego a su regreso nos regalaba un relato pormenorizado de los mismos, muchos de los cuales fueron publicados en la Revista Vida Médica del Colegio Médico. También gozaba preparando estos relatos ilustrados para las Reuniones Clínicas en su amado Hospital San Borja Arriarán.

Los fines de semana los pasaba en su casa de Santo Domingo donde disfrutaba del clima, la vista del mar, los jardines, la música clásica, la lectura y las tertulias frente a la chimenea con sus amigos. Siempre celebraba el buen dormir y su desayuno en cama los días domingo. Fue fundador y presidente de la Agrupación Cultural de Santo Domingo y logró conformar un cuerpo de excelentes directores y participantes que dieron un especial realce a las actividades culturales del balneario.

El pasatiempo deportivo de Mario fue el golf en el que nunca destacó por su handicap, pero si por su entusiasmo desbordante cuando le pegaba «bien» a la pelota. Practicó este deporte todos los sábados del año a las 11: 00 horas en su cancha preferida, la Blanca, en el Club de Golf de Rocas de Santo Domingo con Carol y su grupo de «lolas.» Jugó golf hasta el último sábado de su vida.

Querido maestro y amigo al hacer este breve recuento de tu vida nos damos cuenta de lo fructífera y ejemplar de ella y estamos seguros que desde el lugar en que te encuentres continuarás iluminando el sendero de quienes en vida te conocimos y en ausencia te añoramos. Como el poeta puedes decir «vida nada me debes, vida estamos en paz».

 

Prof. Dr. Ramón Rubio M.

Prof. Dra. Mercedes Ruiz F.

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